En Uruguay, Mario
Kaplún y Ana, abandonaron el
judaísmo y buscaron profundizar en el cristianismo, pues les conmovió la idea de construir un mundo
mejor, y trataron de concretarla primero a través de la radio, luego de la
televisión y finalmente a través de la docencia. En 1958 fueron a Francia, a
vivir en la comunidad no-violenta El Arca, dirigida por Lanza del Vasto,
mensajero de Gandhi en Europa. Al saber que esperaban el segundo hijo
decidieron regresar a Uruguay donde
se vincularon al Centro Pedro Fabro, un grupo de búsqueda de valores
diferentes, abierto al intercambio
de reflexiones e ideas. Allí conocieron a Juan Luís Segundo, teólogo, uno de
los pioneros de una nueva teología, a partir del Concilio
Vaticano II, basada en lalibertad
del hombre alejada del fundamentalismo dogmático y enfrentado a la teología meramente
intelectual, que más tarde se convertiría en la teología de la
Liberación: Se imbuyeron allí de una filosofía de trabajo dialógica, crítica,
que no admite esquivar preguntas ni aceptar las cosas tal como se presentan.
Otro de
los inspiradores de Kaplún fue Paulo Freire, con sus
ideas sobre la educación liberadora. Transformó sus pensamientos y sirvió de
base para iluminar los programas de radio y televisión y televisivos que Mario
Kaplún y sus colegas realizaban. Tomar en cuenta estas teorías implicaba
crear un mecanismo de trabajo distinto, en la que los comunicadores son
activos, todos enseñan y todos aprenden, basado más en preguntas que en
respuestas, dando importancia principal al mismo proceso comunicativo.
Célestin Freinet constituyó también una fuente de inspiración pedagógica para Mario. Freinet había cuestionado más de treinta años atrás la enseñanza memorística, y proponía una pedagogía que tenía en cuenta los entornos de los alumnos, promovía la construcción colectiva del aprendizaje y potenciaba la producción en el aula de periódicos, como estrategia pedagógica que logra la implicación y la participación de los alumnos.
Al final de su
carrera como educador y comunicador, Mario fue afín a las corrientes
pedagógicas constructivistas, y más concretamente con el psicólogo suizo Jean Piaget y su idea de aprendizaje como proceso
autónomo de descubrimiento personal; con el psicopedagogo estadounidense Jerome Bruner que, inspirado a su vez en Piaget,
promovió la idea de aprendizaje como proceso que se construye mediante la
exploración y la praxis; y con el psicólogo y lingüista ruso Lev Vygotsky, que profundizó el
concepto de aprendizaje como proceso social en tanto el sujeto aprende en la
interacción con los otros.
MAS INFORMACIÓN EN :
Kaplún, Mario. La
comunicación de masas en América Latina. Bogotá: Ed. Educación Hoy, 1973.
Kaplún, Mario. Producción
de programas de radio: el guión, la realización. Quito: CIESPAL, 1978.
Kaplún, Mario. Hacia
nuevas estrategias de comunicación en la educación de adultos. Santiago de
Chile: UNESCO, 1983.
ENTRE SUS IDEALES EN COMUNICACIÓN
AFIRMA QUE COMUNICAR ES UNA APTITUD, UNA CAPACIDAD. PERO ES SOBRE TODO UNA
ACTITUD. SUPONE PONERNOS EN DISPOSICIÓN DE COMUNICAR, CULTIVAR EN NOSOTROS LA
VOLUNTAD DE ENTRAR EN COMUNICACIÓN CON NUESTROS INTERLOCUTORES. NUESTRO
DESTINATARIO TIENE SUS INTERESES, SUS PREOCUPACIONES, SU RETOS ETC. FRENTE A LA REALIDAD DE LOS MEDIOS MASIVOS LA IMPORTANCIA DE
UN RECEPTOR CRÍTICO, AUTÓNOMO. A LO QUE TIENDE UNA BUENA EDUCACIÓN PARA LOS
MEDIOS ES A DARLE INSTRUMENTOS PARA CONSTRUIR EN ÉL ESA AUTONOMÍA QUE A MUCHOS
LES HACE FALTA.
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